Una vez apareció un payaso en mi pequeño campamento de lonas blancas y plásticos rotos. Vino cargando una enooorme maleta, era tan tan inmensa, que allí debía caber toda la magia del universo.


Junto con él danzaban unos misteriosos personajes de camisolas rojas y pies descalzos, debían ser buenos amigos, me lo dijo la brisa de alegría y florecillas que les rodeaba. Eran capaces de hacer saltar bolas de colores, sacar música de sus manos y hasta de rodar molinillos en el aire.


El momento más sorprendente fue cuando aquel payaso de pajarita pequeña sacó su capa super power, tenía tanta fuerza…¡Con ella podía volar, robar sonrisas y repartir pedacitos de felicidad!!!!


Si yo tuviera una capa así llegaría hasta el último rincón del planeta para susurrarle al mundo que yo también lloro, que también tengo sueños que cumplir, que también tengo grandes y peores ideas, que también me confundo y que también me gusta jugar, perder,  bailar, respirar, ganar, abrazar, compartir y flotar.


Sé que ellos algún día se irán, pero ahora que me estoy poniendo la capa, estoy segura de que todos y cada uno de ellos llevan una en su equipaje y que, con ellas, van a gritar lo que a mí me gustaría susurrar.
Mil esker a todos los voluntarios de HELP-NA y EREC. Por la experiencia compartida de los que pasaron, pasan y pasaran…y especialmente por ellos, los que NUNCA DEBIERON ESTAR.

AUPA EKIPO. EGURREEE…