Reparto de leña.

El campamento de Idomeni no es el único. Sí el más conocido y en el que han llegado a vivir hasta doce mil personas. Alrededor de éste se encuentran pequeños campamentos donde por el momento nos permiten entrar. Si la noche anterior hacemos un reparto de bolsas de comida para los niños en EKO, hoy decidimos acercarnos a los campos de Bp y Hara para abastecer de leña a sus moradores. La madera no es tan demandada como los alimentos, o como cuando ésta era necesaria para soportar las bajas temperaturas. Ahora se emplea principalmente para cocinar. En la medida de lo posible, tratamos de evitar la tala de la escasa vegetación de los alrededores o la utilización de plásticos o mantas para la combustión.

En el reparto de leña dentro del campamento no hay edad para colaborar y de forma paulatina los montones de leña disminuyen hasta desaparecer.
Sorprendentemente, hasta el último depósito que dejamos no se acerca nadie. Sabemos que el dueño de la estación de servicio no les permite encender fuego cerca de la gasolinera, pero un hombre mayor nos explica que ya no la necesitan. Temen que el desalojo de estos pequeños campamentos es inminente. La desesperación se convierte en un nuevo enemigo a vencer.

Orden de prioridades.

Las primeras noticias que nos llegan, nos informan de la expulsión durante la noche de todos los voluntarios que están en el campo. Somos un grano en el culo y les incomoda nuestra presencia. No quieren testigos, todo lo que no se ve, no ocurre!
 Por suerte, algún voluntario ha tenido la valentía de camuflarse entre los refugiados y vistiendo como ellos, pasar inadvertido. Estos nos narran los primeros acontecimientos:
Decenas de autobuses hacen cola y de forma sumisa y sorprendentemente ordenada van subiendo familias enteras. Mientras tanto, bulldozer y excavadoras arrasan las tiendas donde esta gente ha malvivido durante meses, intentando borrar la huella de lo ocurrido.
Por supuesto, el acceso a los medios de comunicación acreditados está absolutamente restringido. No quieren que el mundo se entere del trato que están recibiendo las personas que necesitan ayuda y que huyen del horror. Un par de kilómetros antes del campamento está el control que corta el acceso al campo y donde nos reunimos los voluntarios que nos han denegado el acceso y algunos periodistas que han llegado para cubrir la noticia. Entre las televisiones nos llama la atención algún medio conocido, pero percibimos que son muy pocos los medios para la trascendencia de estos acontecimientos. Nos comentan que esta semana se celebra la final de la Champion y que hay que dar prioridad a las noticias «más importantes».

¿Tendremos alguna responsabilidad en la información que demandamos o consumimos?

Última hora desde Idomeni

Nos llegan noticias, del comienzo del desalojo del campamento principal de Idomeni. La información es a través de fotos o mensajes de voluntarios que han logrado burlar el control de policía y ejército. Sabemos que están montando a familias enteras en autobuses y escoltados, parten a rumbo desconocido. Cuando tengamos más información de cómo se desarrolla el desalojo o hacia donde se conduce a esta gente… ya os lo contaremos.

Fotos cedidas por voluntarios que han podido aguantar en el campo de Idomeni.

El día a día.

Recién aterrizados y sin apenas descanso nos ponemos manos a la obra. Al igual que los compañeros que habían venido anteriormente, colaboramos con el EREC en la distribución de verduras y fruta entre los refugiados. No ha sido sencillo acercarse al campamento puesto que hay que pasar el filtro policial y después de más de media hora de negociaciones, al fin nos dejan pasar.
Una vez dentro, los veteranos tienen muy bien organizado el reparto y pese a la situación de extrema necesidad que acompaña a esta gente, no cunde el caos y la distribución se realiza de forma eficiente. Estamos recién llegados y todavía nos cuesta asimilar lo que estamos viendo. Acompaño a una mujer mayor para llevarle las dos bolsas de comida que le corresponde. Su haima está en un extremo del campamento. Mientras caminamos entre las tiendas de campaña,  se me cae el alma al suelo al comprobar la situación en la que sobreviven miles de personas que hasta hace poco tiempo vivían como nosotros. Pese a su estado, no dudan en sonreir o invitarte a un chai al pasar a su lado.

La labor en el campamento es muy gratificante. Y al final de la tarea… un momento para un té. Y es un descansillo, puesto que después de cenar, colaboramos de nuevo en la distribución de comida (esta vez enfocada a niños) en otro campamento.
Pese a haber estado una noche sin dormir debido al viaje, la jornada ha transcurrido mucho más llevadera de lo esperado.
A la mañana siguiente, pese a toda de «información» que corre sobre el inminente desalojo del campo de Idomeni y las dudas de si vamos a poder continuar con las labores de distribución… sin perder la esperanza, ni tampoco la alegría, continuamos con el trabajo.

 Cuando nos referíamos a la incertidumbre de los que nos íbamos a encontrar sobre el terreno, nos referíamos a la información que corría por internet sobre la situación de Idomeni (desalojo de refugiados, expulsión de los voluntarios, etc…)
Existe una amenaza constante por parte de las autoridades de desmantelar este campo, símbolo de la vergüenza y de la nula gestión por parte de Europa en la crisis de los refugiados. Pero, aunque todavía no se ha materializado el desalojo, cada día se da una vuelta de tuerca, ejerciendo una presión tal, que obligue a sus habitantes a tomar la decisión de abandonar el campo.
La intención de las autoridades es llevar a estas personas a «campos de acogida», campos gestionados de militares en los que aseguran, gozaran de mayores comodidades, pero también de un absoluto control, impidiendo a los voluntarios y al mundo en general conocer la situación de primera mano.
Por si fuera poco la presión ejercida por los estamentos oficiales, las inclemencias meteorológicas se unen en hacer aún más inhumana la vida de miles de refugiados. Como ejemplo unas fotos tomadas  y cedidas por Raquel (voluntaria de Madrid) de la situación vivida hace pocos días.

Colaborando desde casa.

Ya esta en marcha un nuevo relevo camino de Grecia. Partimos con todas las ganas de trabajar sobre el terreno, pero también con la incertidumbre de lo que nos vamos a encontrar. Puesto que la información que nos llega desde Idomeni apunta a un inminente desalojo de los campos y la restricción de la entrada de los voluntarios a los mismos.

Pero no somos los únicos que colaboramos en este proyecto. Desde casa siempre podemos colaborar como estos chaval@s de Mendillorri, que han salido a la calle para apoyar esta iniciativa.
Por último agradecer a Jaxin (mundu bat), por la colaboración del diseño de los carteles.

Esto no para la cadena sigue llevamos en idomeni desde el 11 de abril y ya tenemos a dos titanes alli!!! Aritz Vicente y Mikel Pagola!! No podemos estar mas orgullosos de ellos no solamente estan siguiendo con todos los proyectos si no k tambie estan identificando nuevas necesidades!!!! Ya os iremos contando!! Un abrazo para todos y gracias por seguir colaborando y k esto se haga posible!!!!! Besos familia!

La alegria de Idomeni!! estoy apuntito de facturarlos y traerlos para pamplona!..esas miradas..son nuestro combustible.

Por que sigue esta nena en una tienda de campaña?
ella no entiende de nacionalidades..ni etnias…ni ostias! y mucho menos de fronteras..concertinas…muros…Si esta noche cae una tormenta en Idomeni y se les inunda la tienda o se la destroza el viento..ella no tiene mas que los brazos de su madre..Por mucho que diga..nada es comparable a la verdadera realidad que le espera si esta puta gente sigue mirando hacia otro lado…. España…18 personas acogidas….18.
Mientras tanto ella y todos los que estan alli tienen que sobrevivir