Cuando allá por el mes de Mayo aterrizamos en Grecia, no teníamos muy claro dónde íbamos a pasar la primera noche. Nuestros compañeros Josu y Ramón, nos habían hablado del dueño del bar donde solían ir a cenar… y que éste tenía una casa…
Así es como conocimos a Josif. Dicen que la primera impresión es la que cuenta, pero por suerte, este personaje a medio camino entre Jesús Gil y Carlos Fabra, a pesar de ser el capo de Axiópolis, tiene un corazón que no le cabe en el pecho.
A cada voluntario que ha pasado por su casa, le ha tratado como a un hijo, cobrándole un precio irrisorio por comida y alojamiento. Y emocionándose con cada uno de nosotros que se volvía para casa.
Pero Josif no es un caso aislado. Son muchos los griegos sensibilizados con la grave situación de los refugiados y colaboran directa o indirectamente con la causa.
Viva San Josif! Gora San Fermín!