En Policastro, centro neurálgico del voluntariado del norte de Grecia se concentran la mayoría de los warehouses, almacenes donde se recepciona ropa y calzado proveniente de los abarrotados armarios de occidente.
    En el campamento de Bp. hay un edificio abandonado donde malviven hacinados, unas cincuentas personas entre escombros y basura. Provenientes en su mayoría de Pakistán, Irán, y Marrueco, suponen el último peldaño en la escala de los refugiados. Son en su mayoría hombres jóvenes, provenientes de familias humildes, que han apostado todo por que uno del clan llegue a Europa. Normalmente viajan solos y no dudan ni un segundo en intentar cruzar la frontera día tras día. Desde sus países de origen, vienen ligeros de equipaje, pero a ésto se suma que la policía macedonia les quita sus mochilas con las pocas pertenencias que acarrean dentro.
    Intentando abastecer de algo de ropa y calzado a estos refugiados tan desatendidos, ideamos una forma de reparto que evite aglomeraciones y posibles peleas. 
    Es sorprendente, porque pese a la necesidad, respetan de forma ordenada las colas y asumen con aparente normalidad (provienen de sociedades machistas),que una mujer atienda a sus demandas.