Europe; the » dreamed» land?

                   
Los refugiados que actualmente se encuentran en Grecia, alojados en los distintos campos militarizados no soñaban con viajar a Europa. Sin embargo la situación en los países de origen de éstos los ha obligado a comenzar el asombroso, trágico y sobrecogedor viaje hasta Europa. Once here, su situación no ha mejorado tal y como nos habría gustado. The nightmare continues…
Because of this, la labor del relevo 4 aquí se centra en intentar ayudar como y donde sea posible.Formado por Ione, Santi y Luis aterrizamos el martes 21 y nos unimos a Iker, que vino unos días antes.
Durante estos dos días nos hemos empapado del trabajo realizado hasta ahora y estamos trabajando ya mano a mano con los compañeros catalanes de EREC.
Por ahora estamos realizando dos labores diferentes:
Por un lado, pequeñas tareas que completan trabajos anteriores a nuestra llegada, como terminar el montaje de una carpa o el reparto de alimentos en los campos de Cherso, Sindos-Karamanli y Alexandría.

Por otro lado, la posibilidad de que se inicie un incendio en los campos es muy muy alta. En algunos hacen fuego para cocinar, y los empalmes que hacen en los cables de la luz son muy precarios. Por eso estamos visitando campos proponiendo a los militares que los controlan y a las ONGs que trabajan dentro, la posibilidad de instalar extintores. Por ahora 5 campos visitados y los 5 con respuesta positiva.
Las condiciones de habitabilidad varían mucho entre unos y otros.
El gobierno griego está haciendo un esfuerzo por mantener un mínimo de atenciones a los refugiados pero se trata realmente de un mínimo (alimentación y cierta limpieza), que va resultando cada vez más insuficiente conforme la situación se va alargando en el tiempo.
La entrada y salida del recinto es libre para ellos pero la ubicación de muchos de los campos, en zonas totalmente aisladas o en polígonos industriales, los convierte en la práctica en auténticas cárceles, especialmente en el caso de aquellas ubicadas en naves, con un patio de cemento como única zona al aire libre. Son prisiones a las que se encierra a gente por el hecho de haber tenido la mala suerte de tener que huir de sus casas, amenazadas por la violencia de unos y otros, cárceles en las que gran parte de los prisioneros son niños, algunos bebés.

ROAD TO NOWHERE

    Así se titula una de mis canciones favoritas de los Talking Heads. Y así es como se deben sentir los más de 50.000 «refugiados » atrapados en las granjas de Grecia.

    Y digo granjas porque muchas de esas enormes, tétricas, asfixiantes, sucias y apestosas naves son menos dignas para el ser humano que alguna granja para animales que podemos ver en la Ulzama. Aquí hasta les ponemos música a los animales. Allá les ponemos a prueba a las personas, a ver cuánto aguantan y se marchan de una vez a su país y nos dejan en paz. This Is Europe.
Para decenas de miles de personas, el camino de la esperanza se ha convertido en el camino de la desesperación. Y lo cierto es que tiene muy mala pinta.

    Ahora ya están bien guardaditos donde no se les ve desde el touristic bus. 

    Achicharrados de calor y encima expuestos a las reacciones de algunos descerebrados. Anteayer un coche se llevó por delante a cuatro «refugiados» y un testigo declaró que sus ocupantes se dieron a la fuga sacando el dedo por la ventanilla a lo ….» que os den…»
Pero no pasa nada. Seguramente los sirios de turno invadían la calzada, y como en Grecia se circula mucho por el arcén, pues hala, me los voy a cargar, a ver si espabilan.Cuando llegué a Axioupolis, justo estaban desalojando los campos libres. Y noté tristes a mis compañeros de relevo que llevaban días allí. Luego fuimos entendiendo por qué. Es difícil no empatizar, sentir su agradecimiento, sus miradas, sus sonrisas, sus canciones, my friend…
    Pero la situación ha ido cambiando y todos hemos tenido que adaptarnos,incluso los «refugiados». Al principio no se podía entrar en los campamentos militares,ahora sí según la organización a la que pertenezcas.Mañana quién sabe.
    El avión que me llevará hasta España ya está en el aire y una hermosa luna llena ilumina los amarillentos campos de una Grecia que no sale de una y está metida en otra. O le meten.
    A esta hora en el viñedo de Axioupolis correrá una agradable brisa y «los navarricos» se estarán preparando para ir al pueblo a cenar y tomar unas birras con todo aquel que quiera pasar un rato agradable, repasando lo hecho en el día y planificando qué hacer mañana.
    Con un poco de suerte Marcos cantará y tocará su guitarra . Hoy no estarán Inés, Fernando ni Jokin para tocar las palmas,  Aviviyala!
   Como decía Eduardo, esto es una batidora de emociones y la penúltima la he vivido el día de vuelta a casa. Tras pasar un par de horas en el campo de Vasilika para despedirme de  dos familias sirias he salido a la carretera para coger el bus de vuelta a la ciudad. En la parada había tres familias sirias con tres niños esperando bajo un sol abrasador y me he puesto en la cola. Al llegar el bus me han invitado a subir antes que ellos y me he sentado en el segundo asiento sin sacar billete ni preguntar nada,esperando a hacerlo durante el trayecto. Pero ha sido empezar a subir los «refugiados » y levantarse como loco el chófer de su asiento y montar el numerito.Les quería dejar en tierra sólo porque no tenían monedas para sacar el billete en el bus y la máquina no devuelve cambio ni admite billetes. Entonces he saltado yo diciéndole que no podía hacer eso, que tenían dinero , que querían pagar y que yo les iba a ayudar. Finalmente he conseguido juntar monedas suficientes para sacar los tickets , incluido el mío aunque no me lo había pedido, y darle al chófer en todo el el morro. Aún así el majo de él me ha reclamado durante el viaje que le mostrara los billetes de los adultos y no he podido resistir y soltarle un : «Be patient»!!! , vamos, que ya te vale!

Después, y como no podía ser de otra manera tras andar por «su casa » como si fuera la mía,me he sentado entre ellos y he reconocido a Rezan, uno de los niños a los que días atrás había dado una camiseta de Osasuna. Nos hemos hecho unos selfies y tan agusto.
    Luego he podido sentir cómo la gente que subía al autobús no se quería sentar junto a nosotros, como si apestáramos,y preferían ir de pie bien apretados a acercarse a los «refus». ¡Bravo! Más nos vale educar bien a nuestros hijos y reflexionar sobre cómo nos gustaría que nos tratasen si un día nos vemos en una de estas. ¿Abrirles la puerta o darles un portazo en las narices? Pues parece que se lleva lo segundo, y si encima les saltan los dientes, pues mejor.
    Y ya para acabar voy con la última de la batidora de emociones, más personal.
Pasar en menos de una hora de un campo de «refugiados » a la terminal de un aeropuerto internacional es más fuerte de lo que imaginaba. Ir al baño,asearme, cambiarme de ropa,  sentir el frío del aire acondicionado, entrar al duty free,las colas de gente, echarme un poco de colonia de muestra como la que usa mi hija, comprar un recuerdo para casa…ya soy uno más de nuevo. ¡Vaya contraste! ¿Dónde estaba hace más de una hora? Parece que no pasa nada , la vida sigue.
    Me acuerdo de todas las personas  generosas que he conocido durante estos días. Y digo de TODAS. También de mi familia a la que tengo ganas de ver. El esfuerzo ha merecido la pena, pero no podemos quedarnos ahí como si no pasa nada. En breve aterrizaremos en Gerona.

ROAD TO NOWHERE ????

Gente sin futuro

No somos capaces de imaginar el sufrimiento y el dolor que
empuja a una familia con hijos pequeños a abandonar su tierra, su país, su casa
para embarcarse en una dura y peligrosa carrera hacia ninguna parte. Muchos han
perdido la vida en esta desesperada huida. Encontraron la muerte cuando
precisamente escapaban de ella en Siria o Irak.

¿Cómo vamos entonces a imaginar el sufrimiento de esta misma
familia atrapada durante meses en un campamento de refugiados cuando te dicen
entre lágrimas que prefieren volver al sitio de donde huyeron?  ¿Qué ha hecho mal Europa para que la vida de
esta gente sea  ahora  aun más horrible que la que tenían en Siria?

Esta es la dolorosa realidad que nos hemos encontrado en
nuestra visita al campamento de Vasilika. Allí es donde trasladaron a todos los
refugiados que atendíamos en Eko. La madrugada del pasado lunes la policía
entró en el campamento y los metieron en autobuses para trasladarlos aquí.
Cuentan los cooperantes que fueron testigos que las escenas eran dramáticas.
Las mujeres lloraban y los niños se agarraban entre sollozos a las piernas de
los voluntarios. No sabían donde les llevaban ni lo qué les esperaba. Lo que sí
sabían seguro es que ya no iban a tener la ayuda, el cariño y el calor
solidario de todas las personas que trabajaban como voluntarios en el campo de
Eko. Se lo estaban arrancando.

Para añadir más sufrimiento, a su llegada a Vasilika tuvieron
que soportar los desprecios y las pedradas de un grupo de gentuza indignado por
la incómoda presencia de los refugiados cerca de sus casas.

En efecto, el nuevo campamento de Vasilika, bajo control
militar y policial carece de condiciones para acoger a tantos refugiados. No
hay agua potable, la comida es muy mala y las tiendas se agolpan encerrados en
el interior de una gran nave abandonada donde hace un calor insoportable. Pero es
sobre todo un lugar deshumanizado. Aquí no llega el cariño ni el apoyo afectivo
de los cooperantes voluntarios que actuábamos en Eko. Aqui no hay nadie que
cubra esa necesidad tan importante para ellos.

Para los refugiados el presente es horrible y el futuro cada
vez más incierto. El desánimo y la desesperación se están apoderando de ellos.
Han llegado al punto en el que prefieren morir por una bomba en su tierra antes
que ser condenados a una muerte lenta por la inacción y el abandono de esta
Europa ciega e insolidaria.

Muchos niños han vivido en su corta edad cosas que nadie
debería vivir en todas sus vidas.
La huella de la guerra permanece en su interior y a veces
sólo aflora en un inocente dibujo.

Muestras de apoyo

                            Imágenes tomadas en distintas partes de la geografía peninsular.

                                                                  Tafalla

                                                                                                          Barcelona

                                                                                                       Compostela.

                                                                                                            Valencia

Otro mazazo para nuestra ilusión

Después del shock del desalojo de Eko (no por ser esperado deja ser un golpe moral) ayer nos habiamos propuesto continuar llevando comida y ayuda a los campos de Hara, BP y la comunidad de pakistanis y afghanos. Mientras hubiera una sola familia que atender teníamos claro que estaríamos allí.

El día anterior vimos llegar dos familias que venían andando desde Thesalonika a más de 60 km. Llevaban crios de 5-6 años y una de las mujeres presentaba un embarazo ya avanzado. Esa tarde había caído una formidable tormenta y después hizo calor. Les ofrecimos fruta y te rompía el corazón ver cómo se tiraban los ñiños a ella.

Queríamos volver al día siguiente y llevarles comida, leña, aceite…….pero ya no hubo día siguiente.

 Ayer cuando nos despertamos nos llegó la noticia de que había comenzado el desalojo de Hara y BP. Un «deja vu», otro mazazo para nuestra ilusión. También de madrugada llegó la policía y todo se acabó.

Nos quedamos sin refugiados que atender y nos quedamos vacíos por dentro. No es sólo el cambio de condiciones para los refugiados. El no poder hacer nada por ayudarles es una sensación muy frustrante. 

No podemos acceder a los campamentos bajo control militar, pero ya sabemos por varias fuentes que las carencias en estos campos son muy grandes, sobre todo las alimentarias. 

Cuando las necesidades están dentro y la ayuda fuera sientes rabia e impotencia. 

Nuestros compañeros de EREC van moviendo hilos. Necesitamos conseguir permisos para poder llevar la ayuda a estos campamentos y ese será nuestra labor en estos próximos días.

Demasiadas incógnitas

Es cierto que se nos plantean dudas e incógnitas por todas partes. Al desalojo de Eko, le sigue en el día de hoy el del asentamiento del Hotel Hara que muy probablemente ira unido al fin definitivo de BP.
Habrá que ver donde somos útiles, que cometidos podemos desempeñar y si hemos de trasladarnos a otra zona.
Tampoco sabemos si seremos bien recibidos en los campos militares, donde al parecer las condiciones no son las que se debieran esperar de una instalación tutelada por el Gobierno. Dudas, las nuestras, importantes e insignificantes a la vez.

Realmente las dudas, incógnitas, quebraderos de cabeza, depresiones, lamentos, el dolor inmenso en los corazones, lo tienen todas estas personas con las que hemos estado conviviendo. Es doloroso no poder contestar a todas las preguntas que se le pueden ocurrir a un niño aunque no las llegue a plantear.

  Desgarrador subir a un autobús que te aleja del deseo de acercamiento a un mundo civilizado, sin saber cual será el destino que te han asignado a ti y a tu familia.
Tanto como ver a una excavadora llevándose por delante lo que ha sido tu hogar durante unos meses, cortos pero intensos.

Mosquitos, falta de agua potable, comida de mala calidad son cuestiones que hacen muy duro el día a día, pero no comparables a la incógnita sobre el futuro y la falta de empatía de una Europa que mira hacia otro lado y que priva también a los refugiados del calor humano.

Sexto relevo. Nuestra labor continúa

Unos llegan y otros se marchan, …….pero los refugiados siguen atrapados en los campamentos de Grecia. Es una constante para ellos ver continuamente como las personas que vienen a colaborar en los campos como voluntarios vienen y se van. Se han acostumbrado a ello pero siguen ofreciendo el mismo cariño a los recién llegados como nosotros. Somos el sexto relevo en estos meses. Llegamos el pasado lunes día 6 y desde el primer momento te vas empapando de todas las sensaciones que produce entrar en un campamento de refugiados. las sensaciones muchas veces no se trasmiten a través de la pantalla de televisión y sólo entrando aquí las puedes empezar a sentir.
No importa las veces que hayas visto las imágenes en el telediario. La primera entrada impacta. Sientes la desolación, el desgaste de los meses atrapados que van pesando en esta gente, el hastío. Afortunadamente también la alegría y la ilusión de muchas personas que trabajan incansablemente por un día a día mas digno para los refugiados. Y, como no, la sonrisa de todos esos niños y niñas que siempre pululan a nuestro alrededor y que nos parece increíble aun mantengan después de tantos meses huyendo de la guerra y de la propia muerte.

A nuestra llegada encontramos un campamento como Eko que nos ofrece una imagen menos dura, ya que la ayuda llega bien y reúne mejores condiciones, tristemente, a estas horas Eko Station ya es historia, ha sido barrido, si es que hay alguna posibilidad de barrer la historia de miles de personas que luchan por sobrevivir. Ha sido una dura jornada pero nadie nos dijo que iba a ser fácil.
Los campamentos mas cercanos a la frontera de Macedonia como Hara y BP presentan peores condiciones,  la gente esta mas desesperada por cruzar la frontera. Aquí ademas es mayor la población proveniente de países «fuera de la zona de conflicto» como Pakistan, Argelia…y que por tanto no se consideran refugiados propiamente. Son sencillamente ilegales.

Estos campamentos han ido mermando. Algunos refugiados han retrocedido terreno hasta campamentos militarizados.Muchos, habiendo cruzado la frontera de Macedonia han sido capturados y expulsados de nuevo, teniendo que volver derrotados a Hara o BP, donde volverán a intentarlo otra vez.
Encontramos cerca, escondidos en una construcción abandonada, a una comunidad de pakistaníes de la que ya nos habían hablado nuestros compañeros. Su situación sigue igual. Sólo están allí porque su obsesión es cruzar la frontera, y lo intentaran todas las veces que haga falta.
En Grecia cada día que pasa es un día mas y puede ser también un día menos.

Nuestra labor continúa y seguirá mientras queden familias por atender, aunque cierto es que el desalojo de Eko nos obliga a replantearnos los trabajos en Hara, BP y demás asentamientos cercanos. En todo este tiempo hemos estado colaborando con grupos como EREC ( bomberos de Cataluña) y G- Fire (bomberos de Castilla León). Son gente fantástica, muy trabajadores y organizados. Esta colaboración sin duda ha facilitado nuestra labor aquí y cada vez trabajamos más coordinados. Ahora, como bomberos de Navarra, se nos ofreció encargarnos de la gestión del reparto de vegetales en Hara y BP, así que nosotros nos encargamos de la lista de compra, preparar las bolsas con la comida y hacer el reparto tienda por tienda. Estamos encantados de ir asumiendo responsabilidades en las tareas de cooperación. Seguimos además llevando camiones de leña a los campamentos.

 Vamos conociendo gente nueva y vamos llegando hasta personas determinadas que tienen un peso específico aquí. Un ejemplo es Aslam, un sirio residente en Europa que se ha trasladado aquí  para ayudar. Él lleva el control no sólo de los campamentos sino también de los grupos de voluntarios y de las tareas que desarrollan. Su labor es fundamental y puede ser nuestra llave de entrada en un futuro no muy lejano a los campamentos militarizados restringidos en este momento para nosotros. Tener nuevos proyectos y acceso a estos campamentos abriría mucho nuestro horizonte de trabajo. Es el terreno que estamos mirando y donde queremos entrar, ya que en un futuro no muy lejano todo pasará por estos campamentos.