Devolviendo la esperanza arrebatada en Grecia
Las mariposas nos hacen saber desde primera hora de la mañana que todo irá
bien.
Madrugamos para ir al mercado y conseguir fruta y vegetales frescos según
nos piden en los campos.
Trabajamos en equipo con mucho amor y alegría para
preparar las bolsas y cajas deseando ver las sonrisas de los y las refugiadas.
que surgen son miles y nunca nos sobra tiempo, siempre hacen falta manos.
Tras
recorrer muchos kilómetros con la furgo llegamos a los diferentes campos para
realizar los repartos. Los refugiados y refugiadas esperan las verduras y frutas con muchísimas ganas. El katering
que reciben a diario no les gusta y es poco variado.
Nos tienen cariño y les alegra ver que llegamos con los alimentos básicos y dignos que se merecen. Necesitan desconectar de la horrible situación que viven día a día en los campo.
Nos impactan sus historias.
Nos desespera su incertidumbre.
Nos emociona su amabilidad.
Nos paralizan sus miradas y nos enternecen sus
fuertes abrazos.
Nos frustran sus sueños rotos.
Nos enfada la situación.
Nos
rompe por dentro y sobrepasa esta situación inhumana.
tiene que acabar. No puede continuar por más tiempo.
A punto del delirio
ONGs, el negocio de la caridad
La mirada de Razan.
El último dibujo de mi niña Razan.
La evolución de su estado anímico desde que llegó a Grecia en Febrero, tras semanas de un viaje infernal junto a su familia, hasta ahora.
Y la pregunta que más me frusta: ¿HASTA CUANDO?
Sobran las palabras.
Te echo de menos princesa. Te quiero.
(Texto y fotos de nuestra amiga Noe Peral
https://www.facebook.com/NoeMikaPeral )
Elaboración bolsas frutas y verduras para refugiados
ONGI ETORRI ERREFUXIATUAK!
GRECIA A RAS DE SUELO
No entiendo las letras, las ofertas de las tiendas, las facturas timoloyos, los menús, no entiendo la situación de los refugiados.
Y como yo, cientos de voluntarios de todo el mundo.
Porque somos cientos, o miles, o esto es lo que percibo.
Ya sé que vivo en una especie de guetto; en él veo refugiados y voluntariado. Y me parece que somos legión… Pero es que lo somos!!!!: gentes de todas las naciones, ONGs desconocidas para todos, solidaridad anónima, imparable e ignorada…
Y no es fácil trabajar aquí: los refugiados sufren sin remedio ni esperanza y es fácil que la debilidad deje aflorar el odio, la agresividad… pero, ¿acaso no es esto lo normal???
La tensión se palpa, pero también la tristeza, el amor, la felicidad, la honradez, la sinceridad, la esperanza…
Los expulsados te reciben en sus tiendas, te ofrecen comida, bebida, tabaco, shisha, conversación, sus historias, su familia….
Y como siempre los niños, my friend, my friend, te piden de todo: agua, comida, ropa, cariño, que te los lleves de allí…
Y como siempre te desarman, te desnudan, y el alma se te hunde en el pecho, y sientes que no puedes hacer casi nada por ellos y vuelves a casa hundido, y desesperado…
Entonces sólo vale pensar una cosa: ayudarles!!!
La cuestión está en saber cómo, hasta qué punto implicarte, hasta donde llegar… porque siempre, siempre, todo lo que hagas te parecerá poco. Así que cada uno debe de buscar el camino a seguir, la manera en que cada persona puede ayudar lo mejor que pueda a esta gente. Porque todos somos diferentes y aportamos cualidades distintas, todas válidas y necesarias!
El miedo no es buen consejero… A mi, en el campo de Vasilika, nada más llegar me ocurrió lo siguiente: era la primera vez, estaba nervioso y las que venían conmigo también. Cerrad las ventanillas, coged las llaves, todo lo que tengas.. Así que mientras hacía todo esto se acercaron dos jóvenes sirios, Ahmad y Dia, de Damasco y Alepo. Dia se agachó y, mientras yo cerraba la puerta de la furgoneta con la mochila en la mano… , me dio la cartera que se me había caído al suelo sin darme cuenta!!
Lo miré a los ojos y no vi más que una mirada transparente, tranquila, de estar haciendo algo normal…
Así que no cerré la puerta, dejé las llaves, le di las gracias y empezamos a hablar de su vida y la mía. Me tranquilicè y aprendí.
No temas, my friend!!!
Ahmad quiere irse a Madrid en 2 meses y Dia volver a Aleppo, toda su familia está allá.. Tienen 20 y 22 años. Una adolescencia perdida y una juventud esperanzada….
Demosles lo único que tenemos: tiempo. Todo lo demás irá creciendo: amor, amistad, comprensión,… Son una excelente tierra en la que sembrar la semilla de la humanidad.
Lo necesitan.
Lo necesitamos todos.